Las cartas seleccionadas corresponden al periodo veneciano de la vida de Byron, es decir, el que se inicia en 1816 con la llegada del poeta a Venecia, «la isla más verde de mi imaginación», fugitivo de la sañuda persecución de sus compatriotas. Tres años de exilio, dolorosos y fructíferos en los cuales escribió, entre otros muchos poemas, Manfred y Don Juan , seguramente su obra maestra, y también años turbulentos y escandalosos, que culminaron, tras una infinidad de incidentes y de no pocos lances amatorios de corte tragicómico, en su apasionado idilio con la condesa Teresa Guiccioli, tras cuyos pasos Byron abandonó Venecia definitivamente en 1819.
Las cartas, desenfadadas, agudas, vehementes, a veces patéticas, y siempre de una conmovedora sinceridad, nos revelan las diversas facetas de la personalidad del autor, sus peripecias amorosas, su preocupación por el dinero y por la edición de las obras, sus opiniones literarias y, sobre todo, sus apasionadas relaciones con los destinatarios : su ex esposa, su hermana Augusta, sus amigos y su editor, entre otros.
Por añadidura, como dice Eduardo Mendoza en el prólogo, esta correspondencia «constituye un relato insólito y particularmente vívido de aquella Venecia decadente, turbia, depauperada y licenciosa, que los turistas procuraban sortear».