Este libro es el andar de una vida. El radical desamparo del sujeto por la quiebra de la inmanencia orgánica le lleva a tener que solicitar la vida a los demás a la vez que no puede deshacerse de sí mismo. Tal inmediatez de lo angustioso obliga a crear un vínculo afectivo como fuente libidinal. Pero el miedo al abandono, a la soledad, a no existir para nadie, maltrata y pervierte ese vínculo mediante el anhelo de asegurarse la respuesta. Los temores se convierten, entonces, en persecutorios. Ahí se instala la trama del daño que los hombres se hacen los unos a los otros. El protagonismo libidinal de lo que se teme es mayor que el de lo que se ama. ¿Hasta qué punto es posible despejar esos temores persecutorios a fin de que la demanda amorosa se pueda articular como tal? Esa es una tarea constante.
Este libro prosigue el cuestionamiento crítico como modo de contribuir a una clínica del sujeto. Recupera el descubrimiento freudiano de la pulsión y del inconsciente, pero separándolo de los desarrollos especulativos con los que fue maltratado desde el principio.
Se trata de una visión amplia por campo de la clínica siguiendo el rastro de la transformación de la angustia en afecto y del afecto en posibilidad de amar.