¿Qué hace que las historias victorianas de fantasmas sean tan perfectas para leer al calor de una chimenea en una noche oscura? Historias de mansiones abandonadas, de viajes en coches de caballos por páramos desolados, de castillos en acantilados, de bellas mujeres sepulcrales, de oscuras historias familiares en las que los antepasados no acaban de irse del todo? Un género en el que algunas eminentes damas novelistas, especialistas en lo escalofriante, marcaron tendencia. Las veinte historias incluidas en este volumen abarcan el reinado de la reina Victoria y cuentan con aportaciones de autoras clásicas como Charlotte Brontë, Elizabeth Gaskell, Margaret Oliphant o Willa Cather, junto con otras no tan conocidas pero no por ello menos especialistas en lo tenebroso y lo sobrenatural. Ambientados en las montañas de Irlanda, en una villa mediterránea o en una tétrica mansión de Londres, estos relatos evidencian la fascinación victoriana por la muerte y por lo que había más allá, con atmósferas sugerentes, ingenio y mucho, mucho humor.