Cuando se cumple el bicentenario del nacimiento de la autora, Cumbres borrascosas se reafirma como un clásico incontestable de la literatura universal.
Situada en los sombríos páramos de Yorkshire, esta novela constituye una visión metafísica del destino, la obsesión, la pasión y la venganza. Emily Brontë, que se vio obligada a publicar sus obras bajo seudónimo, rompió por completo con los cánones de la literatura victoriana. La singularidad de su estructura narrativa y la fuerza de su lenguaje la convirtieron de inmediato en una de las obras más perdurables e influyentes.
«Pero mi amor por Heathcliff es como las rocas eternas que hay debajo, un manantial de escaso deleite para la vista, pero necesario.»
Virginia Woolf dijo...
«Con un par de pinceladas Emily Brontë podía conseguir retratar el espíritu de una cara de modo que no precisara cuerpo; al hablar del páramo conseguía hacer que el viento soplara y el trueno rugiera.»