Argumento de Cuentos Negros
¿Quién no se ha preguntado alguna vez por la naturaleza moral del ser humano, sobre si su condición primigenia es la de ser un ser bueno o malo? Homo homimi lupus est (el hombre es un lobo para el hombre) aseguraba Thomas Hobbes, decantándose claramente por la malicia connatural a nuestra especie, esa que de muy diversas maneras lleva a nuestros congéneres a cometer los actos más atroces, como a lobos hambrientos en pos de la presa más débil: un pobre hombre que espera en mitad de la noche a que llegue el autobús que lo conduzca de regreso a su casa, pero que es brutalmente asesinado por dos chicos de la manada adolescente; tres niñas camino de una discoteca a las que un grupo de hombres feroces cambiará su destino de luces de neón y decibelios por un lúgubre bosque; un padre de familia de excursión de fin de semana que decide convertir a su mujer e hijo en ofrendas a un dios precolombino; las horas previas y tensas en que el asesino de John Lennon pasea por la acera del edificio Dakota, rumiando si sacará o no su revólver; las meditaciones melancólicas del coche en el que viajaba Carrero Blanco la mañana decembrina en que subió al cielo grisáceo de Madrid; la búsqueda de la fama a cualquier precio por parte de dos chicas que ven su oportunidad de lograrla con una navaja y el suave cuello de otra chica
Estos son algunos de los puntos de partida de las espantosas historias que se narran en Cuentos negros, historias que buscan recrear las dantescas situaciones por las que atravesaron sus protagonistas, una ingente variedad de presas fáciles para los lobos travestidos de hombres que necesitan alimentarse de ellas cada noche.0