Es evidente que una secreta y permanente vocación viajera atraviesa esta antología del cuento ecuatoriano, y le da una fuerte unidad.
«Sin embargo, la sensación de desarraigo que podría desprenderse de la lectura de estos cuentos me ha hecho pensar en las dificultades que parecería han encontrado y encuentran los escritores del país cuando se preguntan qué es exactamente Ecuador. La respuesta puede resultar enigmática. Un país nombrado a partir de la palabra que designa la medida del planeta (esa línea invisible o imaginaria) algo tiene de invisible e imaginaria también. La arraigada vocación que nos ha llevado al retraimiento ha sido, no obstante, silenciosa y constantemente cuestionada por la literatura. Tal vez esta reunión de cuentos ha hecho visible esa voluntad oculta. La variedad de temas y recursos de esta antología no sólo da fe de ello, sino que la incorpora plenamente en la brillante tradición del cuento hispanoamericano.»
Mercedes Mafia