Hacía tiempo que me venía rondando la idea de escribir algo informal de los hechos, historias, cuentos, hablillas y sucesos o correveidilerías más simples, insulsas o carentes de interés específico que en algún tiempo de mi niñez, juventud o senectud he vivido o escuchado, de los chismes que en plan informal en reuniones, en especial los que se contaban en las tardes-noches de barbería en mi casa, por aquellos buenos hombres que venían a afeitarse y cortarse el pelo. Así mismo, quería contar aquellos dichos o sucedidos que de una u otra manera he oído o vivido, o he inventado, y que haya creído tengan algún interés, aunque sólo sea el del simple relato, el del placer de su escritura, y nada más.