Adelina, trenzas largas Adelina era una niña con las trenzas bellas y largas. Ella, que era muy bondadosa, se cortó una trenza para ayudar a una bordadora que había agotado su hilo de oro. La otra trenza se la dio a un pescador que había roto su sedal de pescar, quedándose pelona. Pero, por estas acciones, Adelina recibió un regalo increíble. La casa de los muebles encantados En una panadería vivían dos niñas que tenían como juguetes preferidos un sillón, dos sillas y una cama. Estos muebles recibieron de un hada el don de poder hablar, regalo que perdieron por salvar la vida de sus pequeñas amitas. Pero el hada los recompensó enseñándoles a expresarse de otra forma. Gustavo, aprendiz de fantasma Gustavo era un niño fantasma que pasó por pruebas duras, dolorosas e ingratas en su aprendizaje de duende, terminando descalabrado, arañado y lleno de moratones en sus intentos de ser un espectro, para, al final, terminar con una sábana agujereada y sucia y, en vez de cadenas, con una ristra de botes vacíos atados a un tobillo.