Aunque las historias sobre vampiros, criaturas que se alimentan de la sangre de otras, abundan en el folclore de varios países, puede decirse que su expresión literaria empieza en el Romanticismo. Desde entonces, el mito del ser humano que después de muerto se convierte en un cadáver activo, que vagabundea toda la noche y ha de volver a su ataúd antes de la salida del sol, ha dado lugar a una serie de obras maestras de la literatura clásica de terror, algunas de las cuales figuran en este libro. El lector encontrará aquí una esmerada selección de inmortales vampiros alemanes, norteamericanos, franceses, rusos e ingleses, que han superado la prueba del tiempo y son los terribles antecesores de esas sagas vampíricas modernas, que tanto conmueven a los jóvenes de nuestros días.