Esta selección, preparada por Viviana Paletta y Javier Sáez de Ibarra y prologada por Antón Castro, reúne cuentos de E. Anderson-Imbert, J. J. Arreola, M. Aub, R. Avilés Fabila, P. Calders, A. Castro, J. G. Ceballos, R. Chacel, S. Elizondo, J. Ferrer-Bermejo, G. Fortea, S. Garmendia, H. Lavín Cerda, G. Manzur, G. Martínez, Q. Monzó, S. Ocampo, M. Onaindía, M. de Palol, R. Poppe, B. Porcel, V. Quirarte, P. de Santis, A. Sastre y J. Sasturain.
Y si lo desea, puede acercarse a ellas en la antología Cuentos de damas fantásticas, publicado por esta misma editorial.
En la Galicia legendaria de Álvaro Cunqueiro y Rafael Dieste los niños crecíamos entre la fascinación y el miedo. Por las noches, al calor de la lumbre, mientras el chicotazo del vendaval golpeaba la chimenea, se contaban historias que dilataban el insomnio. Allí, una noche tras otra, se oía hablar de aparecidos, de perros negros que vivían en el mar y salían de madrugada a deambular por los alrededores, de fantasmas encerrados en el interior de la piedra, de vampiros y hombres lobo. [...] Y a veces, uno de los narradores de las improvisadas Mil y una noches de aldea ponía un ejemplo inapelable. Fulanito de tal estuvo en medio del bosque paralizado de espanto dos meses y siete días con sus noches, hasta que decidieron enterrarlo lejos del cementerio. El hombre lobo o lobishome formaba parte del imaginario común: era el séptimo hijo varón de la familia y notaba el desorden de su cuerpo y la furia de sus sentidos bajo el influjo de la luna llena.
Del prólogo de Antón Castro