Aunque nos cueste admitirlo, los adúlteros no sólo existen, sino que haberlos haylos un poco en todas partes, pues el amor clandestino es una práctica que cuenta con seguidores entusiastas y aplicados, dispuestos a fornicar en las habitaciones de los mejores hoteles y en las alfombras de ciertos despachos presidenciales, pero también en los cuartuchos más destartalados y en los legendarios asientos de un Simca 1000. Tanto afán a menudo provoca cansancio, y se sabe de hombres que han acabado confundiendo a la esposa con la amante, de otros que se conforman con imaginar aventuras amorosas sin moverse del sillón de casa y de algunos que han convertido el adulterio en pura rutina. Los ejemplos son muchos y los matices varían, pero una cosa es cierta: desde los adúlteros vocacionales hasta los aficionados que pecan casi sin proponérselo, todos han encontrado lugar en las páginas de estos Cuentos de adúlteros desorientados. Publicados anteriormente en libros y revistas, y recopilados en un solo volumen, los magníficos relatos de Juan José Millás muestran el talento de un narrador que ha convertido el adulterio en arte y con su ingenio nos consuela del duro trabajo de seguir viviendo.