¿Se atrevería a escribir con sinceridad sobre sus sentimientos? ¿Lo ha intentado alguna vez? ¿Sería capaz de contar la verdad de su historia? Cuando uno ya está harto de estar harto no le vendría mal sentarse frente a una hoja en blanco a redactar su testamento y acordarse hasta del lucero del alba.¿Una verdad que valga la pena? Claro que hay, pero quizá la que todos olvidamos es que lo que realmente tiene valor suele estar a tu lado y no te has dado cuenta.Y es mentira que sólo los imbéciles son son felices. Hay imbéciles que también son infelices.En estos cuentos canallas hay de todo. ¿Es capaz de identificar al imbécil?