Argumento de Cuentos Blancos
El universo literario de Manuel Vázquez Montalbán no se limita tan sólo a las novelas protagonizadas por el escéptico detective y gastrónomo exigente Pepe Carvalho. Bien al contrario, la forma breve, el cuento, nunca dejó de acompañar la evolución del escritor barcelonés en su relación con la escritura narrativa en cuanto a los temas abordados y a la manera de tratarlos. Cuentos blancos responde así a la voluntad de rescatar del olvido veintiún relatos, hasta la fecha perdidos en el marasmo editorial para reunirlos por vez primera en un volumen y reparar de algún modo su condición de textos dispersos. Diferentes entre sí y presentados según un estricto orden cronológico, estos cuentos publicados entre 1982 y 2000 ofrecen al lector la oportunidad de conocer desde una nueva perspectiva a uno de los grandes maestros de la narrativa española del siglo xx.
«El niño y el perro» o «La Polaca» subrayan el abismo entre la realidad y la visión que de ella propone el discurso político; en «El muchacho que había huido de casa», la homosexualidad desempeña una función de provocación social; en «Televisión basura», la acumulación de personajes y situaciones estrambóticas favorecen la eficacia de la sátira de cierto tipo de emisión televisiva; «Pensión Villa Benci» es un eficaz juego sobre los códigos policiacos; «El festín de Pierre Ebuka» es un relato surrealista del juicio abierto contra un funcionario europeo caníbal y asimismo una reflexión sobre la decadencia europea... Estas pequeñas joyas del relato breve evocan todo el universo montalbaniano, donde el sarcasmo y la sátira delirante dan paso a la ternura y la poesía, invitando, como toda la literatura de Manuel Vázquez Montalbán, a «leer hasta entrada la noche y en invierno viajar hacia el sur»0