«Una cosa he aprendido en la vida: solo un hombre o una mujer que plantan una semilla en la tierra o una historia en la mente de alguien o un libro en manos de otros, serán capaces de salvar el mundo.»
Con lírica simplicidad, El cuento del cafecito es una historia de amor. De amor a la tierra, que, exhausta, ha dejado de devolvernos más de lo que le damos. De amor a la naturaleza, que, exhausta, tiene pocas ganas de sonreírnos. De amor a las palabras, que, exhaustas, que manipuladas, tergiversadas, heridas, han perdido significado. Y de amor al amor, que, al fin y al cabo, ¿no es el peso del mundo?