Con ésta, su quinta obra, el autor se ha querido introducir en el campo de la poesía pretendiendo hacer algo diferente. Confiesa que quiso hacer un cuasi-romancero y se quedó en este cuasi-poemario sin signos ortográficos que califica con un para-lelos. Ambas palabras son guiños incitadores. Le respalda la euforia con que se han identificado a los que se lo dio a leer.