Este cuento nos introduce y nos hace vivir
en primera persona un temido lugar común:
los terrores nocturnos. El perfecto dominio
del lenguaje poético y fantástico reconduce y
mitiga en este álbum el miedo, la incertidumbre
y desconcierto que acompaña habitualmente a
este tipo de experiencias. El lector comparte con
el protagonista la desorientación y también el
viaje onírico de regreso a casa, gracias al auxilio
de voces amigas que lo animan a seguir.