En esta novela no hay diálogos. Está escrita con una prosa lírica, cuidada y efectiva. No hay puntos y aparte ni párrafos separados que distraigan la lectura. Por no haber no hay ni protagonistas individuales o claramente definidos. Sólo hay literatura. Al estar redactada en primera persona del plural no cuenta la historia particular, doméstica, de una persona concreta, sino que desde un punto de vista diferente habla de sentimientos y emociones universales fácilmente reconocibles, esos que todos y cada uno de los hombres hombres y mujeres sienten o han sentido alguna vez en su vida. Por eso removerá el corazón de quien abra sus páginas y se sumerja en su lectura. De todo aquel que sienta fascinación por la escritura de calidad. Por la Literatura, con mayúsculas.