La muerte de Marilyn Monroe marcó un hito en la historia del cine y la sociedad de los 60, fue súbita, inesperada, solitaria, y fría, y despertó un clamor popular de preguntas que quedaron sin respuesta entonces y aun ahora sigue siendo un caso abierto que ni siquiera el FBI logró desentrañar.
¿Se suicidó con plena consciencia de lo que hacía? ¿Se equivocó con las dosis de la medicación que tomaba por prescripción médica? ¿La mataron agentes del Gobierno para callar lo que sabía de su relación con los Kennedy? ¿La mató la Mafia como venganza contra el clan más poderoso de los Estados Unidos entonces?
Marilyn surgió de la nada, con una familia rota en pedazos, sin cariño en su infancia cuando más lo necesitaba, y se tuvo que adaptar a una sociedad dura y exigente.
Vivió atormentada por conocerse a sí misma y por sentirse valorada por debajo de sus propios sentimientos, y en el torbellino de flases, fiestas y películas no encontró un momento de paz, por eso su muerte para muchos era esperada, pero para otros no.
Queremos desentrañar en este ensayo el final de la vida de la artista sin prejuicios, sin sentimientos, con datos y neutralidad, y que al final cada cual ponga el punto y aparte donde más le convenga.