Argumento de Cruz, Espada y Sotana. Patrañas Sa
Encuadernación: Rústica
¡El que quiera un cura que se lo pague! Un papa, Hildebrando Aldobrandeschi, alias san Gregorio VII, declara el celibato clerical matando a muchos sacerdotes y a sus mujeres, mientras él tiene una amante.
Como la cleptocracia la Iglesia se lleva nuestro dinero en tiempos de crisis, como desde hace veinte siglos sin nunca haber solucionado ningún problema de la humanidad. El laicismo se necesita ahora más que nunca, no sólo porque las manos muertas del clero disfrutan codiciando más, con carencia absoluta de escrúpulos, de algo que no merecen, sino porque el Mundo cada es más pequeño y lo que menos necesita es intolerancia que nos haga odiar al vecino, como llevan las religiones durante demasiado tiempo provocando y financiando guerras, mientras están siempre nutriéndose de los bajos instintos de la humanidad, de la peor gente del Planeta. ¿A quién si no le debemos, entre otros, las matanzas de mujeres, -Caza de brujas-, odio al judío, -Holocausto- y odio al pobre -Golpes de estado fascistas-?
Deberíamos conocer mejor la institución a la que muchos no se atreven a poner en evidencia. Con la Iglesia hemos topado, amigo Sancho. Periodistas, historiadores, políticos, psicólogos, familias, ambientes sociales no osan decir quién es la Iglesia, que con supersticiones, ahora en nuestros tiempos, se lleva la riqueza de muchos de nosotros a través de su larga historia despiadada en esquilmar, matar y embrutecer cerebros -¡quizás lo más imperdonable!- a la vez que los armarios del Vaticano esconden torturados, genocidios, robados, quemados, estafas como la de Teresa de Calcuta dejando morir a miles de pobres, teniendo el dinero que le habían dado para que este crimen no sucediera. ¡La Iglesia sigue matando con el dinero de todos! Su boicot al condón con todo su riqueza, poder y coacción así lo manifiesta. También las mujeres pobres mueren en todo el mundo por malas prácticas abortivas porque los curas luchan contra una ley razonable del aborto. Y en agresiones la comunidad gay sufre el acoso del clero. Barreras que impone la opresión.
Quien desea tener el monopolio de la moral, rígida y opresiva trata con desdén las opiniones de los demás tildándolas de relativas, quien nadie más relativista en matar y acaudalar riqueza con sagrada crueldad, aunque se tenga que proteger a los curas abusadores de menores. Todo un Vaticano encubriendo a estos delincuentes. ¡Ni los mafiosos hacen esto! La verdad os hará libres, la mentira religiosos (Anónimo)1