Cuando lo convirtió en vampiro, la madre de Rod le regaló un dije de crucifijo, junto con el desagradable oficio de verdugo. Casi llegando al siglo XXIII, decide escapar al mundo de los mortales donde conoce a Girlet, una enfermera humana que lo acoge en su departamento y le permite beber su sangre. Cuando la familia de Rod lo contacta, aquel crucifijo resulta contener una información que terminará con los inmortales. El único problema, él ha perdido el dije. Para regresar a la vida pacífica que llevaba con su novia, Rod deberá desentrañar los motivos de su madre, y al mismo tiempo detener la amenaza que pone en riesgo la existencia de su especie. Un pasado más allá del suyo reside en el crucifijo, que al ser develado pondrá en riesgo el futuro de su relación con Girlet y la vida de los suyos.