Se trata de un conjunto de relatos que bajo la forma de crónicas, en número de treinta y tres, reconstruyen mis estancias en Lisboa, la ciudad que me encantó y me tiene retenido en ese encanto.
A lo largo de unos veinte años he ido tomando notas durante mis estancias, que luego he revisado y corregido para su edición, respetando los pareceres y opiniones que tenía en cada época en que fueron redactadas.
En ellas se reflejan lugares, personas, amigos, extractos de mis vivencias, opiniones, pinceladas de historia, todo ello impregnado del encanto provinciano y cosmopolita que emana la ciudad.
Enseguida pasé de turista a viajero y de viajero a residente temporal, consistiendo mi mayor placer en mimetizarme cada vez más profundamente con las gentes de la ciudad. He recorrido calles y plazas, sitios en los que no acostumbran a ver extranjeros, pero por mor de ese mimetismo que impulsa mis actos en Lisboa, he conseguido entrar.
Todo gira alrededor del Tajo (allí Tejo) y la ciudad. El espectáculo de la contemplación del enorme estuario merece un largo capítulo sobre los sentires que produce y que he intentado reflejarlo en alguna crónica.
Ya que está tan de moda en la actualidad el concepto de "Test de esfuerzo", también quise someter las crónicas a un test. Le di a leer el libro a un compañero y amigo lisboeta, directivo de la centenaria sociedad, Amigos de Lisboa, medalla de oro de la ciudad para recabar su opinión como experto en estos menesteres. Concluyó la lectura y mostró su satisfacción elaborando el Prefacio. Fue suficiente.