La sexualidad nos acompaña, desde muy pequeñas, en las distintas etapas de nuestra vida. Es una fuente de aprendizaje y un campo lleno de experiencias muy valiosas para nuestro desarrollo. Pese a que a veces nos puede resultar difícil hablar a las criaturas de su sexualidad, sus deseos y sus fantasías, hacerlo contribuye a que crezcan de un modo saludable e integral. Como personas adultas, es importante promover la libre experimentación con el cuerpo y ampliar el imaginario en torno a la sexualidad.