Para el autor, el concepto de hijo es impensable sin el concepto de padre; de hecho, es precisamente la integración en una sucesión de generaciones lo que distingue esa situación especial de la infancia. Cuando miras a tu hijo se despiertan recuerdos del hijo que alguna vez fuiste y sobre el que tus padres u otros mayores te han hablado. En este libro, Wagner ahonda en los pequeños rituales y procesos que representa a diario ese hijo (en su caso, una niña); en tales rituales se reflejan las modas del presente inmediato, pero también hay ecos de la infancia del padre e incluso de los abuelos. Y «ahondar» significa no sólo contar, narrar, sino también meditar, reflexionar. Lo que se hace aquí casi en voz alta, compartiéndolo todo, como en una conversación, con nosotros, los afortunados lectores.
«Un libro maravilloso. Un padre describe y admira a su hija, sus ocurrencias, sus asociaciones de ideas, sus experiencias reveladoras, sus exigencias inmediatas y su paso a la independencia, mientras él, gracias a ello, se sumerge en el recuerdo una y otra vez». Andreas Schäfer, Tagesspiegel.
«Cuánta belleza habita en las cosas más pequeñas, en los hechos más simples, algo que Wagner muestra en pocas palabras, sin caer en la cursilería». Hamburger Abendblatt.
«Un libro pequen?o que desprende un encanto enorme». Sandra Kegel, Frankfurter Allgemeine Zeitung.
«Melanco?lico en ocasiones, resulta increi?blemente divertido en muchos momentos», Magazin.
«Inteligente, sencillo y entretenido». Susanne Mayer, Die Zeit.