Nos dicen que democracia es vivir en libertad, pero, ¿dónde está la libertad capitalista que valora el riesgo como un valor de la economía cuando se rescatan bancos? Y, en cambio, ¿hemos tenido la libertad de decidir que no queremos pagar la deuda privada? La profundidad de la crisis y el aumento de la indignación desenmascaran el sistema. Hemos perdido el miedo, y la calle cuestiona la legalidad y legitimidad del poder. Este libro demuestra que somos muchas las personas que reivindicamos la política como la lucha cotidiana por nuestros derechos.