Roberta Lamata se considera, ante todo, una persona normal. Su entorno no lo es tanto, pero ¿y qué? Aunque a veces logran sacarla de quicio, su pintoresca familia y sus peculiares amigas hacen que la vida sea mucho más amena y entretenida.
Sobre todo cuando ha tenido tan mala suerte siempre con los hombres.
Harta de raros y mentirosos, cansada de dar oportunidades al amor, Roberta decide cerrar su corazón y únicamente se permite soñar con un chico misterioso con el que coincide repetidas veces, que despierta mariposas en su estómago y del que no sabe nada, pero le gustaría saberlo todo.
Lo que ella no sabe es que el caprichoso destino la llevará a disfrazarse de Spice Girl y conocer a David, un chico torpe, enamorado del cine que, lejos de acoplarse al término normal, resulta encantador y le devuelve la ilusión. Pero cuando su película personal está en pleno rodaje, el destino volverá a jugar sus cartas y el chico misterioso aparecerá en su vida con nombre y apellidos, revolviéndolo todo.
Roberta se verá entonces inmersa en un mar de dudas y, sin ser consciente de ello, volverá a poner en bandeja su corazón para que se hagan un guiso con él. Ese chico misterioso se llama Berto y sus circunstancias personales pondrán en peligro lo que podría ser una bonita historia de amor. ¿Será capaz Roberta de luchar contra las adversidades? ¿Podrá saltarse las estrictas normas de su clandestina empresa familiar? Y lo más importante: si el amor triunfa, ¿Berto será capaz de comprender la naturaleza de su trabajo? Porque al amor lo pintan ciego... pero también loco.