Las nuevas tecnologías están produciendo un cambio en la correlación de fuerzas de los tradicionales agentes y mercados de la comunicación y la cultura.
En la Unión Europea, las empresas y las instituciones comunitarias deben desempeñar un papel muy activo en la creación de un mercado europeo de contenidos capaz de explotar su inmensa riqueza cultural y lingüística para convertir la economía europea en una de las más dinámicas y competitivas del mundo.
Contrariamente a la percepción popular, el mercado europeo raramente es de verdad global. Conseguir un mercado competitivo es difícil en el complejo entorno europeo: el mosaico cultural, legislativo y lingüístico plantea importantes desafíos.
La Unión Europea ha adoptado medidas para liberalizar los mercados nacionales y elaborar una legislación más pragmática para la difusión de contenidos a través de tecnologías emergentes como la telefonía móvil y la televisión digital interactiva.
Europa está bien posicionada en cuanto al desarrollo de estas tecnologías y, sin embargo, este liderazgo podría erosionarse rápidamente si no se eliminan los obstáculos que impiden la creación de un mercado europeo de contenidos.