En ese proceso, nuestra actual "Ley de leyes" -que tuvo un carácter integrador y una estabilidad y aceptación popular insólitas- no supuso, en ningún momento, una ruptura con las normas anteriores sino, más bien, lo contrario: Consiguió retomar numerosos elementos de nuestra tradición histórica y adaptarlos a la transición política, manteniendo una misma línea que, si bien está más cerca de otros textos más avanzados -como las Constituciones de Cádiz o de la II República- tampoco reniega de normas más conservadoras, como la de "los Notables" de 1876.
Ese vínculo, tan evidente en muchos aspectos, constituye un verdadero legado que conviene recordar para descubrir el reflejo de dos siglos de leyes fundamentales en la actual Constitución Española de 1978.
Ahora, en su 30º aniversario, este libro reúne todas aquellas Constituciones en una cuidada edición, encuadernada en tapa dura con estampaciones en oro, que será imprescindible en su biblioteca.