El orden de los textos sigue la «lógica de la constitución» elaborada por el propio Luckmann, empezando por las estructuras invariables y acabando en las instituciones complejas de la acción humana, en su concreción social, cultural e histórica. Así, de la conciencia individual, que constituye el sentido en el mundo de la vida, se pasa a los procesos de intercambio en las instituciones sociales menores y a la formación de sentido social objetivado. En tercer lugar, se estudia la religión, aquella construcción social «mayor» que permite una última legitimación de sentido. Finalmente, la lógica constitutiva desemboca en el análisis de la comunicación, en el que el autor vio una reorientación de su sociología del conocimiento.