En Conjuro para la eternidad el lector podrá asistir al desarrollo de un Auto de Fe desde el mismo instante en que prenden al reo hasta que se decide su responsabilidad como acusado. El planteamiento de esta obra es estrictamente histórico, así como los lugares y situaciones; los personajes, por otra parte, son fruto de la ilusión.
La brillante puesta en escena de los personajes determina en gran medida el atractivo de esta novela de ambiente medieval, que juega adecuadamente con las costumbres más emblemáticas de aquella oscura época.