Dice el refrán: «quien ama tiene pies ligeros». Cada capítulo de la vida de Laura, una mujer que ama y a la que es fácil amar, transcurre con el ritmo y la medida de sus propios pasos, mientras la visión de un ángel cubre su búsqueda y la eleva. Iluminada por el re?ejo de esa magia, nos muestra sus rasgos de dulzura en un sendero pintado de acuarelas donde la lucidez de la experiencia deja estelas indecibles. Me ha parecido sentir que hasta la tierra encuentra su eco en ese camino, y es por eso que se muestra generosa con ella. Confdencias recoge esos rasgos, en ellos está la transparencia de su interior y de sus latidos, murmullos que intentan despertar a los dormidos de alma. Teresa Antares