Para Lola Forner el amor y la fidelidad no van de la mano.
La virginidad de Lola Forner ya estaba empeñada por sus padres a una edad muy temprana. Su iniciación sexual y el cobro de ese primer servicio le hacen acumular un gran rencor hacia sus padres, pero decide no atormentarse y sacar provecho de su belleza.
Así, inicia una carrera en la prostitución que le reporta muchos beneficios e importantes contactos: empresarios, políticos, sacerdotes... Clientes a los que utiliza y extorsiona cuando lo necesita.
Y por encima de todos ellos, siempre su marido, el gran amor de su vida, al que intenta hacer feliz a toda costa, pese a sus mentiras e infidelidades.