Su intención al escribir las Confesiones no fue tanto narrar los efectos de esta droga como exponer sus influencias en una mente, la suya, que se sabía privilegiada, dotada de facultades poco usuales. El texto, concebido como un ensayo autobiográfico, un diario de su adicción al opio, apareció en 1821 en la revista London Magazine, y el interés y revuelo que ocasionó fue tal que aconsejó realizar una edición en forma de libro al año siguiente.
La presente edición, a cargo de José Rafael Hernández Arias, recoge la última versión de las Confesiones (de 1856), corregida y aumentada por De Quincey. Además se ha incluido al final del volumen -siguiendo la pauta de la edición definitiva de sus obras completas- la versión original de 1821, más breve y directa, y otros textos referentes a la obra.