Se diría que cada protagonista o cada lugar que sirve de escenario a estas historias esconde un secreto: viejos deslices sexuales, fugaces encuentros amorosos que regresan ahora modulados por la nostalgia. En «Las mujeres que se alejaron», el narrador vuelve la vista hacia los febriles años sesenta y setenta, cuando las «normas» del adulterio aconsejaban ser simpático con el cónyuge de tu amante. En «Una muchacha deNueva York», un hombre maduro reencuentra a la mujer con la que mantuvo un romance veinte años atrás y descubre que con ella se esfumó la oportunidad de ser feliz. «Mi padre al borde del descrédito» y «Los gatos» son una emotiva y serena rememoración de la infancia y el retrato de unos padres tal vez imperfectos, pero buenos y generosos. Y, por fin, en «Conejo en el recuerdo» volvemos al microcosmos de Pennsylvania. Janice,la viuda de Harry «Conejo», ha vuelto a casarse; Nelson, el hijo, se ha rehabilitado de su adicción a la droga, pero su esposa le ha abandonado. Un día aparece Annabelle, una mujer de cuarenta años que afirma ser hija de Harry «Conejo». Todos se reúnen para el día de Acción de Gracias, y durante la cena, ante la presencia impalpable de Harry, lo que comienza siendo una trivial discusión sobre la vida privada del entonces presidente Clinton desemboca en una memorable y épica pelea familar...