Con los ojos abiertos quiere brindar una visión humana y sencilla del mundo o, al menos, de lo que la autora observa. El poemario se divide en tres partes: Desde la ventana coloca los ojos en las calles, en los escaparates. Desde el corazón reúne poemas de su adolescencia, poemas que hablan de su madre, del eterno retorno del otoño y de las personas-luz. Y la última parte, Mariposas, recoge también pequeños textos de sus años adolescentes, del camino más inocente, el más utópico, el de los primeros amores. Para la autora, la vida es un «continuo resurgir de mariposas», por eso, esto solo es un pequeño escalón, una forma humilde de mostrar el comienzo del viaje.