Argumento de Con la Luz Primera. Antología de Verso y Prosa
Contados poetas- a excepción de Lope de Vega- han sido tan admirados, populares y queridos por su pueblo como Alberti. Él supo mantener ese difícil equilibrio entre una afable cercanía y un coridal distanciamiento que lo hacían ser asequible a todos, a la vez que muy respetado. Su personalidad ha sido centro de polémicas, como corresponde a una persona excepcional que ha tenido el privilegio de vivir los acontecimientos más importantes de casi un siglo, que ha defendido un ideario político, que ha sido un innovador en la poesía, que ha amado intensamente la vida, que ha sufrido un exilio legendario y que ha estado presente en la historia y en el corazón de su pueblo, sin importar la distancia geográfica que lo separa. Todos los elementos necesarios para hilar variedad de argumentos a su alrededor y dar forma así a su personaje público, algo a lo que él ya estaba habituado. Aunque lo único que, verdaderamente, importa y perdurará en el tiempo es la obra de uno de los creadores más singulares de nuestra literatura que ha deslumbrado y servido de modelo a varias generaciones. Porque la huella de su virtuosismo está presente- se acepte o no- en la poesía posterior.1