Una historia que nos recuerda que cada día tiene mil cuatrocientos cuarenta minutos para vivirlos, que las cosas sencillas de la vida pueden obrar magia y que hay muchos caminos para llegar al hogar.
Una ambición insana, una biblioteca que guarda encuentros, un viaje obligado, una carrera de orientación, un encuentro rocambolesco, una atracción contenida, un par de vinos y un viñedo? harán que las vidas de Arturo y Marian colisionen de repente. Un amor que irá fraguándose entre barro, tintes afrutados y madera.
¿Quieres conocer a Marian y Arturo?
Marian: Mi filosofía de vida: saltarme reglas que en realidad no existen, disfrutar de lo que no es socialmente aceptado, probar sin culpa y experimentar con mis sentidos cada día.
Arturo : Jamás le perdonaré su rechazo siendo un adolescente, cuando me mandó al infierno porque no era un hombre hecho y derecho. Ahora ya no soy aquel crío y el pasado no me impide que vuelva a desearla como nunca he deseado a una mujer. Y aunque su estilo de vida no casa para nada conmigo, soy egoísta y quiero estar cerca de ella todo el tiempo que pueda.