Se parte, por tanto, de que el lenguaje no es el único sistema de símbolos, el único medio de comunicación semiótica. Hay otros signos y prácticas comunicacionales igualmente reveladores, como la moda, la indumentaria, la música y la droga, que integran la llamada cultura (o subcultura) juvenil. Y además la comunicación no abarca solo el estudio de unos participantes y de un mensaje. Hay unos medios o soportes expresivos como las pintadas o graffiti, discos, y algunas publicaciones y espacios audiovisuales que tienen en los jóvenes y adolescentes a sus principales usuarios.
Aunque sin perder de vista los años sesenta y setenta como fechas clave de los primeros movimientos o subculturas juveniles, los ensayos de este libro tienen como principal marco de estudio algunas de las prácticas comunicativas y culturales de los jóvenes españoles en las dos últimas décadas.
La interdisciplinariedad del proceso comunicacional que tiene a los jóvenes como protagonistas explica que en este volumen se hayan dado cita lingüistas,
sociólogos, antropólogos y periodistas.