CONPENDIO DE LOS FELIZES PROGRESOS de la Vniversidad de Salamanca Acreedora justissima de la primera estimación del Orbe, es un texto de Juan Curiel, firmado por él en 1717. Se trata de un manuscrito que localizamos en el Archivo Histórico Provincial de Valladolid, como un elemento suelto sin ninguna relación con la documentación aneja. El manuscrito se realizó como base para un discurso que iba a ser pronunciado ante la Real Academia de la Lengua. La lección se encuentra escrita en ocho hojas (verso y reverso), con una letra clara y con anotaciones bastante completas en los márgenes de la franja izquierda, donde se colocan las citas de autores y palabras de referencia a los títulos de obras utilizadas, situadas a la altura del texto donde se recogen sus afirmaciones. Por tanto, su apariencia no responde al modelo de una mera disertación, puesto que incorpora notas innecesarias para la simple exposición oral. Pero el texto sí estuvo condicionado por tratarse de una alocución, como lo demuestra la limitación forzosa de la extensión a la que se refiere el autor. Aunque no era el germen de un compendio histórico, desde el primer momento coincidimos en que estábamos ante un texto de un notable interés, por tratarse de una de las primeras e incipientes historias de la Universidad de Salamanca. Este tema, que ha tenido como ningún otro una gran fortuna historiográfica en los últimos tiempos, y así lo demuestran las recientes y numerosas publicaciones generales y monografías que están viendo la luz, había sido también atractivo en tiempos pasados. Se trata pues de una historia temprana, apoyada en buena medida en el conocimiento directo, así como en textos de autores sobre todo castellanos, aragoneses, portugueses, sin faltar otros extranjeros, en su mayoría de formación y vinculación universitaria. La fecha de su autoría carece igualmente de aliciente puesto que a comienzos del siglo XVIII la universidad salmantina ya había superado la fase de esplendor que vivió centurias atrás. Además las universidades mayores perdían alumnado en favor de las menores y se resentían por el peso de una tradición que las hacía permanecer inmóviles en sus métodos y en sus contenidos de enseñanza. Las primeras querellas contra estos añejos Estudios Generales estaban surgiendo, mientras que el reinado del primer Borbón solo trajo algunos retoques en aquellos centros docentes. Todo ello no impidió sino que quizás alentara a Curiel a elaborar un texto en todo laudatorio, exento de crítica u objeción alguna. El autor hace un repaso de la historia de la Universidad de Salamanca desde sus orígenes, a los que dedica un apartado especial, si bien es verdad que en todo momento está condicionado por el tiempo que tiene para su conferencia, lo que forzosamente le hace ser escueto en la información que ofrece. Repasa el favor que siempre le mostraron Papas y Reyes, su hacienda, sus cátedras y alumnos, edificios, colegios mayores, e incluso su contexto urbano. A pesar de la condensación de todas estas materias hace una revisión bastante completa y aprovechada. Sin duda la lección contiene vacíos, lagunas que no solo son el resultado de la concisión con la que se debe hacer la composición, ni de los descuidos, sino de la intencionalidad del autor a la hora de abordar el tema. De hecho, a pesar de admitir su elaborada fundamentación histórica y de aportar datos de la propia universidad, no deja de tratarse de un texto subjetivo, escrito por una persona vinculada a la Universidad de Salamanca como estudiante, como colegial de uno de sus colegios mayores, y que incluso llegará a conseguir una cátedra algún tiempo después de escribir el texto, aunque no a regentarla. Por su condición pues, no podía desconocer que más allá de la universidad salmantina existía otra realidad universitaria peninsular que, sin embargo, ignora de forma tan absoluta que ha de ser intencionada. Lo temprano de esta pretendida historia de la universidad salmantina y la relevancia del autor nos ha llevado a plantearnos el interés de su trascripción, precedida de una breve introducción sobre la figura del autor y el análisis del contenido textual. El escritor, como el que es cuando redacta esta composición, con sus circunstancias familiares y personales, sin olvidar al personaje que después será cuando desempeñe diferentes cargos al servicio de la monarquía. Por otra parte, el análisis de un texto que aparece como una breve historia de la universidad salmantina, con la única pretensión de conocer cuáles fueron los centros de interés para este universitario a comienzos del siglo XVIII y cómo se interpreta y valora en esta época la evolución de una institución que tantos hombres dio para el servicio a la corona y a la iglesia. Es pues por parte de Curiel una mirada hacia atrás, una remembranza de lo que fue más que de lo que era en su tiempo, un repaso laudatorio de todo lo que a su juicio era digno de reseñar.