Siendo cierto que para la mayoría de los especialistas la vida de Pessoa es un simple accidente la luz que nace de la obra y la necesidad paralela de rescatar esta hicieron que el ser humano que se hallaba por detrás quedase en un discreto segundo plano, ¿por qué no subvertir lo que asegura una conocida afirmación del poeta «La literatura, como todo arte, es una confesión de que la vida no basta» y subrayar lo que lleva implícito, esto es, que la vida también está ahí?