Todos conocemos el pasaje en que el apóstol Pablo describe del siguiente modo la visión que tenemos en el presente: «Ahora vemos como en un espejo y de manera confusa, pero después veremos cara a cara» (1 Cor 13,12). Menos citado, pero igualmente incisivo, es el pasaje de la carta de Santiago: «Si alguien escucha la palabra y no la pone en práctica, se parece al hombre que contempla su rostro en un espejo: se contempla, pero, en yéndose, se olvida de cómo es» (Sant 1,23-24). La persona de Cristo es también celebrada como espejo del Padre, «espejo visible e invisible», «imagen de aquel que no tiene imagen». Pero la metáfora del espejo envuelve también al propio hombre, creado a imagen y semejanza de Dios (Gn 1,26). Y aquí hemos de reconocer que el empleo más frecuente y significativo de la metáfora es el que describe el alma humana como un espejo vivo, que puede reflejar la imagen de Dios conforme a su grado de pureza. En «Como en un espejo» hay una historia de conversión nacida simplemente de la lectura del evangelio, capaz de transformar la vida por completo. GABRIEL MAGALHÃES, profesor de Literatura Española en la Universidade da Beira Interior y de Filología Hispánica y Portuguesa en Salamanca, recibió en 2004 el Premio «Revelación», concedido por la Asociación Portuguesa de Escritores. Como en un espejo es su primera y más significativa obra en el campo de la espiritualidad.