El recorrido por los diferentes temas que se tratan desvela que los seres humanos somos luz y oscuridad, belleza y dolor, esperanza y lamento. Así de humanos, así de complejos, así de necesitados, así de artistas, también, de la propia vida. Tanto las personas a las que atendemos como los mismos formadores, educadores y acompañantes, al tocar el tema de la sexualidad, nos encontramos con nosotros mismos, con nuestros sentimientos, capaces de lo mejor y también siervos inútiles. Pero no estamos solos. Ese gran maestro en el que apoyamos nuestra vida, Jesús de Nazaret, nos mostró a un Dios lleno de misericordia que nos espera en cada una de estas reflexiones y nos dirige a todos la pregunta: ¿Quieres ver?, ¿quieres curarte?