Sofisticado, sí. Pero, sobre todo, práctico.
Este no es un libro de cocina para aquellos que no sabrían ni cómo cocer un huevo. Aunque tampoco está pensado para los que tan solo quieran observar fotos espléndidas de platos inimaginables, imposibles de realizar en casa.
Este es el libro donde aprender, con trucos, experiencia, conocimiento y unas explicaciones tan claras como
didácticas, cómo transformar un plato delicioso en una pequeña obra de arte. Para saber cómo trasladar a la cocina casera el sabor, la estética y ese pequeño toque extra que tienen los platos de los mejores restaurantes. Con sentido común,
¡mucho sentido común!