Un concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires en 2008 y un discurso de Juan Domingo Perón en un acto de la CGT realizado en el Teatro Colón en 1947: dos escenas que parecen contrastantes y aisladas, pero en las que los caminos del arte y la política se cruzan, son el punto de partida de Gustavo Fernández Walker en este irreverente análisis de algunos discursos que tienen como objeto al Teatro Colón, ese símbolo tan poderoso que parece por momentos saturado de significaciones. Los episodios traumáticos que se vivieron en el Colón ?bombas, conspiraciones, intentos de homicidio, refriegas fascistas y antifascistas, bailes sindicales? son también muestras de ese cruce con la realidad política, y vistos dentro de una serie antes que como hechos aislados, ponen en jaque ?la idea de un teatro como universo autónomo, cerrado sobre sí mismo? que muchos han abonado. Ni la música es ese ámbito inmaculado al que no alcanzan las miserias de la vida cotidiana, ni la política puede prescindir de espacios que desde su origen están llamados a ser algo más que el mero escenario de obras y artistas más o menos consagrados, señala Fernández Walker. Lo sorprendente, como dice Esteban Buch, es que ese teatro de fuerte carga simbólica, y por ende política, tenga tan débil impacto social. Un estudio sagaz que nos invita a recorrer la historia del teatro más emblemático de Buenos Aires, desde 1910 hasta los años más recientes, en busca de esos sentidos que estaban, si no ocultos, al menos agazapados a la espera de ser descubiertos.