Argumento de Colección Diplomática de Santo Domingo
El monasterio de Santo Domingo el Real de Toledo ocupa un lugar destacado en la historia de Castilla. Fundado en 1364 por Inés García Suárez de Meneses, la nueva comunidad gozó desde sus primeros instantes de vida de un sólido apoyo por parte de la realeza Trastámara, una protección que no sólo le permitió el desarrollo de una vida espiritual particularmente intensa, también fue esencial para asentar las bases socioeconómicas sobre las que unas décadas más tarde construiría su extenso patrimonio.
Los años finales del siglo XIV y los primeros del xv supusieron para el cenobio toledano una etapa de singular brillantez política debido a las estrechas relaciones de parentesco que las prioras Teresa de Ayala y su hija, María de Castilla, mantenían, y supieron reforzar con singular habilidad, con las casas reales de Castilla, Aragón y Navarra. La relación epistolar cruzada entre ambas partes, que ahora por vez primera se edita en su totalidad, evidencia que más allá de los afectos puramente familiares y las devociones regias, Santo Domingo el Real de Toledo se convirtió en aquellos años finales de la Edad Media en un centro de poder de gran trascendencia para los negocios de la Corona castellana.
Este primer volumen de documentos reales abarca un marco cronológico que arranca en 1249, fecha del documento más antiguo conservado en el archivo monacal, y culmina en 1473, data, esta última, que coincide con los años finales del reinado de Enrique IV y el priorato de Catalina de Castilla, colofón, pues, a una etapa en la historia de Castilla y Santo Domingo el Real y preludio de otra, la de los Reyes Católicos, de importantes transformaciones políticas, sociales y culturales a las que no fue ajeno el monasterio toledano.0