La Guía del Peregrino Medieval que el peregrino, lectora o turista tiene ahora en sus manos, le llevará a transitar por unos parajes únicos de aquella Europa de mediados del siglo XII, la ruta que hoy conocemos como Camino Francés y que vivía, ya por entonces, horas de esplendor.
Estas páginas aportan valiosa información para el peregrino medieval: describen, por ejemplo, la calidad de las aguas de los grandes ríos que atraviesa el Camino (desde los afluentes del Ebro hasta el Sar). Encontramos también la lista más antigua que se conoce de voces vascas y una de las primeras listas de frases para viajeros. El autor se detiene, además, en la descripción de santuarios, reliquias y mártires que el peregrino debe conocer.
Hasta concluir con una impagable descripción de Santiago de Compostela, definida aquí como la más feliz y excelsa de todas las ciudades de España, al tiempo que aporta numerosos datos de su catedral, en unos tiempos tan lejanos en los que ni siquiera el Pórtico de la Gloria se había construido.