La revolución de la agricultura biológica ha traspasado los campos de cultivo y ahora intenta hacerse un hueco en nuestra cocina diaria. Quizás porque no quedan ya demasiadas dudas sobre la positiva repercusión que está teniendo sobre nuestra salud y la salud de nuestro planeta, ha llegado el momento de reivindicar también todo el potencial gastronómico que encierra este tipo de alimentación. Se trata de una cocina más equilibrada, sana y respetuosa con nuestras necesidades nutricionales y que utiliza lo mejor de la naturaleza, eligiendo siempre los ingredientes frescos más adecuados en función de la estación del año.