Este libro, el primero de una serie, se inscribe en la propuesta de encontrar nuevos modos de abordaje de la práctica psicoanalítica a partir de las cuestiones que la clínica de niños presenta, en particular al plantear que la intervención analítica no puede reducirse a encontrar lo ya dado, sino a generar nuevos modos de producción simbólica que posibiliten la fundación y recomposición de los aspectos fallidos del funcionamiento psíquico con el objeto de disminuir el sufrimiento e incrementar la potencialidad de pensar.
En esto radica la propuesta de una clínica psicoanalítica atravesada por una perspectiva de neogénesis, lo cual implica un trabajo no sólo de rescate sino de recomposición de los enunciados fundamentales del psicoanálisis, en un continuo que va de la técnica a la ética, del conocimiento a la obligación moral hacia el otro humano.