Manuel Neila nació en 1950 en Hervás (Cáceres). Pasó su juventud en Asturias, y estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Oviedo, donde se licenció en Filología Románica. Colabora habitualmente en revistas literarias como Clarín, Turia, Cuadernos hispanoamericanos, Claves y Quimera. Poeta cauteloso y casi secreto, se decantó enseguida por la poesía esencial y el silencio del que emerge. Tras los poemas de Clamor de lo incesante (Jugar con fuego, 1978), con los que se dio a conocer, fue incluido en la antología Las voces y los ecos (Ediciones Júcar, 1980).
Entre sus publicaciones más recientes destacan: el conjunto aforístico El silencio roto (1998), el volumen de ensayos Las palabras y los días (2000) y la edición bilingüe de Cantos de frontera (2003), cuya versión francesa corrió a cargo de Michelle Serre. Reunió sus colecciones de poesía en el volumen Huésped de la vida (2005) y ha publicado El camino original [Antología poética, 1980-2012] (2014).
Su predilección por las formas breves se ha materializado en los volúmenes El silencio roto, Pensamientos de intemperie y Pensamientos desmandados, que se acogen al título genérico de El pensamiento errante. En la actualidad, dirige la colección de aforismos «A la mínima» para la editorial Renacimiento.
Ha traducido con esmero a Gérard de Nerval, Charles Baudelaire, Philippe Jaccottet, Haroldo de Campos y Àlex Susanna, entre otros. También ha editado los volúmenes: Páginas escogidas, de Michel de Montaigne; Papeles póstumos, del madrileño Ángel Sánchez Rivero; Sentencias y donaires, de Antonio Machado, y Hogares humildes. Obra poética, del asturiano José García-Vela.