La Universitat de València, a diferencia de lo que ocurre con Bolonia o Salamanca, no tenía una edición de sus claustros de catedráticos, por lo que hacía falta una transcripción y estudio crítico de todos los claustros para ir completando la historia de nuestra universidad. En este volumen, Yolanda Blasco Gil recoge los claustros de los años de 1775-1779, con la idea de contribuir a la difusión de esta parte de nuestro patrimonio histórico. Del estudio de los claustros del siglo XVIII se concluye que la vida universitaria no se acomoda a unas normas sino que es mucho más rica, y a veces desborda las cuestiones que se tratan, los pleitos se dilatan y se puede ver el día a día de la universidad desde la composición de sus claustros a las cuestiones que se discuten.