Argumento de Ciudad a Solas
Leer la Sevilla de María Sanz es reencontrarse con el pasado que pervive en nuestras entrañas. Porque ese tiempo va más allá del ejercicio de la memoria. Su poesía, sevillanamente elegíaca en el mejor sentido del adverbio, traspasa las fronteras establecidas y se adentra en los abismos del ser humano. Somos lo que fuimos, lo que somos o lo que nos queda por ser Su voz es tan personal que llega a confundirse con una ciudad real y soñada al mismo tiempo. Nos encontramos, pues, con el hallazgo de esa Sevilla que Cernuda recreó en Glasgow. Dolorosa y luminosa como un Jano bifronte que nos mantiene en la expectante tensión que llamamos vida.Cada poema es un callejón con salida o sin salida. Un adarve o una plazuela. Eso depende del lector y de su manera de recrear la poesía. Todos conforman el laberinto urbano, poético y vital en que se funde y se funda esta manera de ver y de vivir la ciudad, o sea, la existencia íntima y compartida. La Sevilla de María Sanz debería existir. Y si no, ya nos encargaremos de inventarla leyendo o releyendo sus versos.0